Antonio de Nebrija y Extremadura se propone como una experiencia inmersiva, que traslada a quien visita la exposición al paso del siglo XV al XVI, el momento de apogeo del Renacimiento español, e ilumina una figura esencial de nuestra cultura, el humanista Antonio de Nebrija, y su intensa relación con Extremadura. La muestra está concebida como un recorrido didáctico que combina libros y documentos originales, piezas de referencia creadas para la misma y montajes sobre textos e impresos de la época.

Una sala inicial contextualiza el tiempo y el espacio, la Extremadura que conoce Nebrija y la revolución intelectual que acompaña ese momento; la visita continúa por un amplio espacio dedicado a su obra, y especialmente a la que escribe y publica durante los años de estancia en Extremadura. Más allá, una sala dedicada al grupo que rodea a Juan de Zúñiga, Maestre de Alcántara, incide en el ambiente de esa corte renacentista e incluso propone que el paseo se detenga en el interior de la famosa Miniatura de las Introductiones latinae. Por último, y junto a una galería de retratos donde se recuerda a algunos de los nombres esenciales en la vida del gramático, la exposición cierra su recorrido con una mirada al horizonte de la lengua a la que Nebrija dio, por primera vez, el mismo trato que a las lenguas clásicas. 

ANTONIO DE NEBRIJA Y EXTREMADURA

PRIMA PARS: INTRODUCTIO

El Renacimiento es uno de esos momentos de la historia que cambian el mundo y lo acercan a nuestro tiempo.

Entre las figuras que hacen posible ese cambio destaca Antonio de Nebrija, uno de los humanistas más importantes de Europa, de una Europa que arde entre los siglos XV y XVI en el rescate de la tradición grecolatina, en las innovaciones que descubren la geografía del mundo, en la reivindicación de la dignidad humana y en una nueva espiritualidad.

Buena parte de la obra más destacada de Nebrija se escribió en Extremadura, donde reside durante alrededor de dos décadas, donde se establece con su familia y desde donde interviene en la intensa vida cultural del momento.

Esta exposición quiere recordar su obra y trayectoria, a partir del lugar en que se compuso, y desde un tiempo que, en buena medida, anticipó con su conocimiento.

ANTONIO DE NEBRIJA Y EXTREMADURA

SECUNDA PARS: INTRODUCTIO

Hay algo especial en la presencia de Nebrija en Extremadura, una conjunción espacial y temporal que se ejemplifica en el origen y destino de una orden militar como la de Alcántara, que agota su sentido medieval y acaba consagrada, en los años de Nebrija, como una corte alrededor de un mecenas.

Nacido en Lebrija (en la actual provincia de Sevilla), la vida de Elio Antonio de Nebrija -o Antonio Martínez de Cala, antes de que su nombre se acompañara de referencias clásicas- transcurre casi en su totalidad dentro de dos círculos concéntricos: el que traza una esfera que pasa por Sevilla, Salamanca y Alcalá de Henares, dentro del que se inscribe otra menor, pero esencial, marcada por los lugares de Extremadura en los que reside y escribe su obra.

Nebrija llega a Extremadura desde Salamanca, invitado por don Juan de Zúñiga, Maestre de la Orden de Alcántara, y con él permanece los años más fecundos de su vida, hasta que los Reyes Católicos asuman el Maestrazgo, y don Juan muera tras ser elevado al cardenalato en Sevilla. En la corte de Juan de Zúñiga, un concepto líquido tal como hoy entendemos su desarrollo y relaciones, se encuentra un modelo de mecenazgo que apoya artes como la música, saberes como las leyes o investigaciones como la astronomía: es el contexto ideal para que Nebrija desarrolle su talento. No se trata de una casualidad, sino de una conjunción de circunstancias que hace a Extremadura el lugar a propósito para el sabio. Más tarde, Nebrija pasará temporadas en la casa de su hijo Marcelo -asentado en Brozas, como buena parte de la familia en diferentes localidades extremeñas.

A lo largo de su vida Nebrija ve transformaciones como la toma de Granada, la expulsión de los judíos, el descubrimiento de América, las tesis de Lutero, la Devotio Moderna, el desarrollo de la imprenta, Erasmo… y sus libros y magisterio contribuyen a esa transformación de modo imperecedero.

ANTONIO DE NEBRIJA Y EXTREMADURA

LA  OBRA Y LAS OBRAS

Aunque es frecuente que la biografía de los personajes del Renacimiento resulte tan atractiva como su trabajo, el númerode obras publicadas por Nebrija, y de modo especial las que coinciden con su periodo extremeño, parecen dibujar el perfil de un autor en permanente ejercicio de escritura, hasta acumular sin tregua textosimperecederos.

Pero aunque buena parte de esa obra está unida al estudio de las lenguas, Nebrija escribe con profundo conocimiento sobre muchos otros temas, siempre a partir del legado grecolatino: puede proponer una nueva educación superior, puede escribir sobre astronomía, derecho o traducir a diferentes autores clásicos. Con todo, la relación de obras publicadas durante los años que permanece junto a Juan de Zúñiga resulta abrumadora.

___________________________

Nebrija considera que los pilares del lenguaje son dos: materia y forma; la materia son las palabras (diccionarios), la forma es la unión y ordenación de las palabras (gramáticas) para generar una frase. Es como el constructor: cuenta con materiales y con un arte que una y organice esos materiales; así sale un edificio. Por ello Nebrija dedicó los mayores esfuerzos de su mente racional a los Diccionarios y Gramáticas. Tres son, pues, sus grandes obras: Diccionarios, que aportan el material; y Gramáticas, Latina y Española, que convierten ese material en lenguaje.

______________________

Resulta más fácil entender la figura del humanista como una actitud frente al pasado y su tiempo antes que como una doctrina sistemática. Nebrija es ese tipo de humanista que interviene en el presente desde esa misma actitud. Por eso, aunque la imagen del profesor o la del investigador cuadren muy bien con su actividad, es posible que la que mejor se adapte a su trayectoria, sobre todo a los años que pasa en Extremadura, sea la del intelectual, un concepto muy posterior, pero cercano a su curiosidad y deseo de intermediar en la sociedad, a partir del trabajo de un saber riguroso: su estudio del latín, del español, de las leyes o la ética tiene un doble objetivo: depurar la memoria y los textos en los que apoyarse, y enfrentarlos a los bárbaros, a aquellos que por pereza, ignorancia o maldad han oscurecido la verdad en su propio provecho. Por eso no es infrecuente encontrar en sus impresos la figura de una urraca, símbolo de la elocuencia, de la relación entre el pensamiento y la expresión: frente a los bárbaros, la limpieza de la expresión y el respeto a la lengua son vehículo de la verdad, del rigor del estudio y de la constancia en el trabajo.